El reparto de última milla —el que va desde los almacenes de mensajería hasta los domicilios— no deja de crecer porque cada vez se compra más por internet. Correos, que copa la mitad del sector, movió 52,3 millones de paquetes en 2015 y en 2020 lo multiplicó por cuatro (208,9 millones). Pero la mayoría de los envíos se reparten con furgonetas viejas —15 años de antigüedad de media— y el 87% del comercio electrónico se traslada con vehículos grandes, que ocupan mucho espacio y son muy contaminantes, lo que se estima en un 7,5% de las emisiones de CO2 totales en España, según datos del reciente informe La sostenibilidad en el e-commerce actual de la EAE Business School. Algunas experiencias de reparto sostenible de última milla con vehículos eléctricos y bicicletas de carga adelantan el bum que vivirá el sector de la paquetería cuando las zonas de bajas emisiones (ZBE) lleguen a las ciudades españolas durante 2022.